Hoy estás mas presente que nunca.
Extraño sentimiento el que invade y recorre mi ser, me ahoga, me desalienta, me llena de ti.
Hoy, te imagino, como siempre, pero diferente, hoy se que ahora sólo serás un recuerdo, una ilusión, un sueño inconcluso de lo que nunca fue, ni será.
Dime tú que es lo que tanto extraño. Tal vez, mentir.
No sobre mí, menos sobre ti sin embargo sobre nosotras.
Las ilusiones que caen una a una en el cajon del olvido que no perdona.
La locura me invade lenta y delicadamente, es tan mía como yo soy suya, somos una, y somos nada. Ella, que me arrebata lo que creía tan seguro, tan cierto, tan real, me lleva por un sendero donde nada parece ser, me lleva a la realidad tal vez, a mi destino, mi infortunio.
Dime amada mía, quién soy yo en este amargo despertar de tu claridad. Quiero saberlo pues mi tendencia a la obsesión esta proxima al agravio de este luto que cargo conmigo.
Tu muerte es mi muerte, pues hace tiempo que empecé a ser yo pensando que eras mi salvación.
Y si has venido ostentosa a mi rescate, quiero saber, veniste a terminar con mis esperanzas en el amor, me adviertes del desastroso final que me espera al ofrecer mi alma al prójimo, al amar desmedidamente a esta extraña que es tan parte de mi vida porque nunca fue mía.
Las cicatrices hablan por sí solas amor mío, ellas te indican lo mucho que he esperado por tu llegada, las heridas en mi carne viva te dicen lo mucho que duele tu partida.
Mía nunca fuiste, ni serás, mejor te vas
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