martes, 30 de noviembre de 2010

Roja Sandía (Bruno Langle)

El pobre hombre no sabía ni que decir, había sido interrogado y humillado de una manera tan despreocupada que no tenía una sola palabra que pronunciar; después de todo, qué se contesta a semejante pregunta. "Un merengue" pensó con sarcasmo, "quizás hasta una sandía" ,de todos modos a ella le daría igual, le sería indiferente , no le quitaría el sueño ni mucho menos. Estaba acostumbrada. Al verla a ella tan seria y a la expectativa el no hizo más que pedir un cuchillo , el cual la joven le pasó de inmediato sin una gota de preocupación, miedo o alguna emoción que la hiciera parecer humana. Lo único que la hizo reaccionar fue el gran y húmedo charco que se fue formando en el piso y que, poco a poco, la logró liberar.

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