El hombre despertó, postrado en aquella cama de la que ya no podía levantarse, sus fuerzas tenía rato que le habían abandonado. Aquella enfermedad ya le tenía vencido desde hace un tiempo, lo único que le mantenía vivo era aquella máquina a la cual estaba conectado. Se conformaba con el único pasatiempo posible para él, observar a las palomas que se postraban sobre el techo contiguo.
Recordaba vagamente a dos pequeños, un niño y una niña, ambos sonrientes, ambos de ojos azules, de un caracter juguetón y afable.
Los pasos que resonaban en el corredor lo sacaron de sus cavilaciones, vio entrar a una enfermera, seguida de un hombre y una mujer, los reconocío como los niños de se recuerdo, sólo por los ojos, ya que en todo lo demás habían cambiado. Ya no sonreían, ambos se veían solemnes y con una gran congoja, fue entonces que el joven le asintió a la enfermera, que desconectó el aparato al cual se encontraba conectado, la mujer rompió a llorar y a refugiarse dentro de los brazos del joven hombre, que a su vez también lloraba, pero de esto jamás se enteró el hombre, ya que se había distraído viendo como las palomas volaban en coro, perdiéndose en el horizonte, en lo desconocido.
Tu primer comentario! Jaja creo q esta es de las mejores que haz hecho! Buen comienzo!!!
ResponderEliminarAtte: Bruno